El veneno de las abejas

Algunos estudios indican que el hombre empezó a controlar y manipular enjambres en el Neolítico y que fue en el antiguo Egipto cuando se consolidó la apicultura, una ciencia que no ha dejado de evolucionar y que hoy ofrece nuevos usos en campos como la medicina o la genética de selección. Aunque la miel era al principio la mejor y única forma de endulzar los alimentos, pronto se descubrió su potencial curativo y paliativo. Las propiedades nutricionales de todos los productos que se extraen de una colmena (polen, jalea real o propóleo) han sido avaladas por rigurosos estudios clínicos.

Apiterapia, una alternativa médica

Hoy, la investigación va más allá; Se trata de demostrar que el uso de veneno de abeja puede allanar el camino en el campo de la medicina alternativa, para el tratamiento de afecciones como el rema, la osteoartritis, la psoriasis o incluso el cáncer.

Esta ciencia ha pasado a llamarse apiterapia y en España ya hay apiterapeutas que la ponen en práctica en clínicas privadas; La técnica consiste en inyectar al paciente apitoxina, o veneno de abeja, sin que se desprenda por completo de su aguijón y, por tanto, evitando su muerte.

El presidente de la Asociación Española de Apicultores, Miguel Ángel Casado, ha asegurado que la apiterapia "se utiliza para casi todo", pero que en España "aún queda un largo camino por recorrer".

Es, explica este apicultor, una alternativa a la medicina tradicional, menos invasiva en muchos casos y con un enorme potencial; De hecho,"se está empezando a estudiar si tendría efectos beneficiosos en el tratamiento contra el cáncer".

El veneno de las abejas

Las múltiples sustancias que contiene el veneno de abeja, como melitina, fosfolipasa o apamina, pueden utilizarse en el tratamiento de enfermedades musculares, circulatorias o cutáneas; Se ha demostrado como un antídoto eficaz contra el envejecimiento, como antiinflamatorio, cicatrizante de heridas o vasodilatador.